Martin Chambí

 Vida.

Martín Chambi Jiménez nació en una familia de campesinos quechuahablantes a finales del siglo XIX. Sus padres fueron Félix Chambi y Fernanda Jiménez. En su condición de indígena y desheredado, la pobreza y la muerte del cabeza de familia hace emigrar al joven Martín Chambi, con solo catorce años, a buscar trabajo en las multinacionales que explotan las minas de oro de Carabaya en la selva a orillas del río Inambari. 


 

La fortuna hace que sea allí donde traba su primer contacto con la fotografía, aprendiendo sus rudimentos de los fotógrafos ingleses que trabajan para la Santo Domingo Mining Co. Ese encuentro fortuito con la nueva técnica prende en él la chispa que le decide a buscarse el sustento como fotógrafo. Para ello emigra en 1908 a la ciudad de Arequipa, donde la fotografía está muy desarrollada y donde descuellan figuras de fotógrafos notables que venían tiempo marcando un estilo propio y manejando una técnica impecable.

El contexto social y cultural en que se desarrolló fue el óptimo, pues una ola creciente de interés turístico e histórico y de investigaciones arqueológicas (la ciudadela de Machu Picchu fue descubierta oficialmente en 1911), así como la llegada al sur de los beneficios modernos de la tecnología (motocicletas, automóviles, vuelos aéreos, nuevas carreteras), fueron, indudablemente los acicates visuales de su inquieto espíritu observador. Chambi fue uno de los protagonistas de la denominada Escuela de Fotografía Cusqueña. Expuso en vida por lo menos diez veces, tanto en el Perú como fuera de él.



Muchos críticos aseguran que dividió su trabajo en dos grupos: el de índole comercial, que incluía los retratos por encargo, en estudio y exteriores así como los grandes retratos grupales y el otro de carácter personal, que incluía su registro antropológico, básicamente retratos de la etnia andina y registro de tradicionales locales, también estarían sus numerosas vistas urbanas del Cuzco y sus vistas de restos arqueológicos. Si bien esta parte de la obra es cuantitativamente menor, se distingue por haber sido realizada con notable persistencia y continuidad. 

 

Obra fotográfica.

Las tomas famosas en las que capta instantes cruciales de la vida moderna de la antigua capital del Tahuantinsuyo (por ejemplo, el primer vuelo aéreo a cargo de Velasco Astete) estarían, más bien, en el punto intermedio de ambas modalidades.

El investigador peruano Jorge Heredia, radicado en Ámsterdam, Holanda, asevera que la obra del fotógrafo ha sido revalorada desde fines de los años 1970 con resultados muy diversos, quizá tan heterogéneos como la naturaleza del mismo legado, cuya densidad, agrega, permite destacar cualquier punto de apoyo para todo tipo de presentación. 


 

Heredia también afirma que el artista puede ser tomado como un fotógrafo documental al pie de la letra y también puede acercársele a cierto formalismo o ser considerado sin más como un llano producto artístico, así como hizo el pictorialismo en su época.


Se dice que tuvo un claro sentido práctico como profesional de la imagen. Esto lo indican especialistas en la materia como el cineasta José Carlos Huayhuaca, autor del libro Martín Chambi, fotógrafo, quien sentencia que este era un hombre con los pies en la tierra, aunque no al punto de hacer cosas por razones monetarias, pues de lo contrario se hubiese quedado en Arequipa, donde tenía más posibilidades que en el Cuzco. Una de las etapas de su vida pocas veces mencionada en detalle ha sido su labor de reportero gráfico para el diario La Crónica y la revista Variedades (1920-1927),5​ publicaciones peruanas que ilustraron muchas de sus páginas durante el Oncenio de Augusto B. Leguía con fotografías inéditas de Chambi, todas ellas muy sugestivas, nítidas y perfectamente concebidas. 


 

Acontecimientos, curiosidades, hechos singulares, noticias en suma, era lo que el lente puneño, adoptado por el Cuzco, reveló en el trabajo diario, y no solo para la capital limeña, sino también para la ciudad cosmopolita de Buenos Aires, donde colaboró en el diario La Nación.

Y es que su obra trasciende preocupaciones personales y llega a calar a fondo en el alma colectiva del pueblo. En su caso, el arte fotográfico no deviene verticalmente de parámetros indigenistas, como podría creerse, aunque aquel estímulo de reivindicación lo ayudó a tomar conciencia de su identidad cultural, sino que se enriquece verdaderamente de sí mismo, como artista que fue en el esfuerzo por captar lo singular de cada persona, situación o paisaje. 

 Tras disfrutar en vida del reconocimiento de la crítica, de la prensa y del público, sufrió un decaimiento de su salud y quizá también de su obra. Pese a ello, en 1958, al celebrar sus bodas de oro como profesional, su figura se renovó e incluso recobró presencia en los medios de comunicación en entrevistas y reportajes. Parte importante del archivo Chambi, estuvo bajo el cuidado de su hija Julia hasta el fallecimiento de esta el 15 de octubre de 2006, continuado por su nieto Teo, quien promovió la obra por distintos países de Latinoamérica. y Europa.

 Solo después de su muerte, acaecida en 1973, su obra ha vuelto a ser estudiada, apreciada y admirada por todo el mundo, a partir de exposiciones internacionales, como la que se realizó a mediados de la década de los años 1990 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (España), o la más reciente, en noviembre de 2001, en París (Francia)en los sobrios ambientes del Instituto Cervantes, entre otros.

 

Imitación.

Ahora presentare una imitación de una fotografia del autor. En esta fotografia tuve que editar para que quedara lo mas parecido posible con la foto original, usando filtros y recortes.


                                                                                 

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